Carrera de la bola. Tradición rarámuri

Yohanna Gómez Coss

En el año 2000, la Carrera de bola tarahumara fue certificado como uno de los primeros diez deportes tradicionales considerados por TAFISA (Trim And Fitness International Sport For All Association) como “Patrimonio Cultural del Mundo.

Se recuerda en esta fecha, en la conmemoración del Día Internacional de los Pueblos Indígenas.

Este reconocimiento fue otorgado en el marco del Tercer Festival Mundial de Juegos y Deportes Tradicionales efectuado en la ciudad de Hannover, Alemania, y la selección fue hecha por un jurado internacional con la cooperación del Consejo Internacional de las Ciencias del Deporte y la Educación Física y la Sociedad Internacional para la Historia de la Educación Física y el Deporte.

También se le conoce como Rarajipari, su nombre original, y se trata de un juego de pelota que se juega mucho entre los tarahumaras.

A la pelota se le llama komakali, y está hecha de raíces de encino, fresno, raíz de madroño y táscate.

El juego consiste en lanzar con el empeine del pie la bola y luego echar a correr tras ella hasta alcanzarla.

Se corre descalzo o en huaraches y la carrera puede llegar a abarcar hasta 200 kilómetros de distancia. Es una prueba de fuerza y resistencia que une a los hombres de la comunidad.

La carrera puede durar hasta un día y gana quien llegue primero a la meta. La comunidad que no participa en la carrera como tal, de igual forma debe ser activa y apoyar a los competidores, no solo con gritos de aliento, sino llevándoles agua y pinole o iluminándoles el camino cuando se hace de noche.

El Rarajupuami es una manifestación ancestral y cultural que fomenta la sana convivencia. En ella compiten dos equipos, que tienen un organizador al que le llaman chokeame –se dedica a concretar el encuentro y realizar todos los preparativos- mientras que los corredores son llamados júmame.

Cada equipo tiene que llevar su propia komakali y el número de corredores puede variar, hay equipos hasta de veinte hombres, aunque lo más común es que sean de cinco.

Los corredores también pueden llevar un palo de encino con una cabeza como de cuchara, porque no se permite tocar la bola con la mano aunque en la carrera caiga en lugares que no son precisamente accesibles, así que tienen que utilizar este palo-cuchara para poder alcanzarla.

Las carreras de bola suelen organizarse durante todo el año, pero es más común que se hagan en tiempo de cosecha.

Los tarahumaras se llaman a sí mismos rarámuri, que quiere decir “los de los pies ligeros” y de verdad deben tenerlos para poder soportar las largas distancias de un juego como este mientras manipulan la pelota.

Una de las características de este juego, es que además se transmite de generación en generación. Los niños desde pequeños desarrollan una gran resistencia física que aplican al momento en que les toca jugar al rarajupuami.