Hospital de la mujer, gracias a “El greñas”

SERGIO ARMANDO López-Castillo

El conocido jurista, experto en amparo, Héctor Villasana Rosales (+), había puesto de moda a un viejo y conocido alias en la fronteriza Ciudad Juárez y en el estado de Chihuahua en el año 2007: Gilberto Ontiveros Lucero “El greñas”.

Ello ocurrió cuando tras ampararlo contra el propio gobierno de su partido el PRI, para que recuperara unos terrenos aledaños a un nosocomio gubernamental especializado en Juárez, el nombre del “capo” apareció en los corrillos de la justicia y la política.

De esa forma se consolidaba, reforzaba su fama, uno de los lugares más emblemáticos de “juaritos”, con el que se le relacionaba constantemente a Ontiveros Lucero, y que está ubicado en la avenida Paseo Triunfo de la República, donde destaca hoy, un edificio de cinco pisos, con el nombre de Hospital de la Mujer de Juárez.

Este sitio, originalmente era conocido como el “Palacio del césar”, que mandó construir el citado poderoso narcotraficante, Gilberto Ontiveros, a mediados de la década de los 80s, y quien había sido señalado como uno de los más importantes introductores de sustancias psicotrópicas de diseño en esos años.

Más tarde, el gobernador Patricio Martínez García, decidió reconvertir parte de esa propiedad, en un hospital para las Mujeres fronterizas, y así no se dijera que el mandatario “chihuahuita”, no se preocupaba por la salud de alrededor del 60 por ciento de la población juarense.

Así el abogado Villasana Rosales, ha logró en aquel tiempo, que “El greñas” fuera escuchado en audiencia, buscando que procediera una indemnización, por la expropiación de esa misma finca, que hiciera más atrás, otro ex gobernador –Fernando Baeza Meléndez –.

Sin embargo, ése es sólo un capítulo de lo que representó el alias de “El greñas”; un hombre acaudalado con ganancias del crimen, que fue sinónimo.

Al mismo tiempo, de “estatus” en el mundo del hampa, y por otro lado, de desánimo y desconfianza social que prevalecía en esa localidad fronteriza, castigada mucho tiempo, se sumaba la mala fama que le dieron los feminicidios y por el narcotráfico, así como el cierre de fuentes de empleos, la disminución de visitantes estadounidenses después de los atentados del 11 de septiembre, y la política de seguridad fallida, atroz y sangrienta que desplegó el ex presidente Felipe Calderón en las calles de Juárez y otras orbes.

La legendaria vida nocturna de Ciudad Juárez también era asociada a Gilberto Ontiveros Lucero y otros varones de la droga en aquellas décadas, y que tiempo después, en la famosa guerra contra el narco de Calderón, esa ciudad pujante y su ambiente nocturno casi se convirtiera, como metáfora, en el lugar llamado Comala del poeta  Juan Rulfo.

En la madrugada, sólo los fantasmas de la noche vagan sobre la avenida Juárez, y uno que otro policía de la PFP, cuya presencia invariablemente despierta suspicacias, temor y desolación.

Los perros en la madrugada ladran a las escasas motos que se dirigen hacia el Puente de Santa Fe. Unos mariachis juegan una cascarita futbolera, ante la falta de clientes en una noche y amanecer de viernes. Bares como el Noa-Noa y el Sinaloa se mantenían un día sí y otro también, cerrados.

En esos tiempos, en la región norte-noroeste de Chihuahua había algunos personajes similares a “El greñas”, considerados de peso completo en el mundo de lo ilícito.

La agencia antidrogas de Estados Unidos, la DEA, en su oficina de El Paso, Texas, tiene detectados a diez de estos personajes que radicaban en Ciudad Juárez.

Uno de ellos es José R. Escajeda, “El Riquín”; (Capturado por el ejército y el Operativo Conjunto Chihuahua en 2009) otro, precisamente, Gilberto Ontiveros Lucero, “El greñas” y algunos más,  como los hermanos Miguel y Eduardo Muñoz Talavera,  los que a su vez fueron consanguíneos de uno de los fundadores de la organización de origen, Rafael Muñoz Talavera.

También había dos mujeres de Ojinaga: Mónica Rodríguez y Lidia Montoya.

El greñas, resurgido con aquel litigio, sabía de la historia y origen de las cruentas luchas y purgas que vivieron en la frontera; él más que nadie puede documentar que el conflicto surgió desde el asesinato de Rodolfo Carrillo Fuentes, “Rodolfillo”, hermano de Vicente, Y Amado “El señor de los cielos”, ocurrido en Sinaloa en 2004. Ahí empieza el rompimiento, porque son señalados como responsables, y gente incondicional a Joaquín Guzmán “El chapo”.

La relación era muy complicada hasta que este año se desbarató por completo. Vicente Carrillo le quiso cobrar derecho de piso a Guzmán Loera para pasar sus productos, lo que nunca quiso hacer Amado Carrillo, “El señor de los cielos”, y así comenzó la guerra, según los investigadores de la antigua PGR. Así que “El Chapo” decidió arrebatarles la plaza.

A finales de la década de los setentas comenzó su carrera como cabecilla de ese grupo influyente en Juárez, el revivido en lo público, Gilberto Ontiveros Lucero, “El greñas”.

El personaje convivía con los ricos de Juárez, compró un avión y comenzó la construcción de un hotel de lujo llamado El Palacio del César el cual no concluyó cuando lo confiscaron.

El “Greñas, finalmente terminó sus días el pasado 28 de abril de 2025 en un hospital privado dela frontera. Tuvo un funeral íntimo, en el que estuvieron presentes, su familia y algunos conocidos cercanos.